Thursday, May 27, 2010

06/05/2010 Goodbye Chisako.










Chisako es originaria de Tokio, Japón. Como dije anteriormente, ella es una persona muy simpática, sonriente y me ha platicado algunas costumbres de su país. Ella comenta lo que no le agrada de hablar Inglés es que no existe una manera diferente para hablar con gente mayor a ella, es decir, en la mayoría de los países asiáticos existen dos formas de hablar: una con sus amigos o personas menores a su edad, y la segunda es de respeto hacia personas adultas; lo que en mis tiempos se usaba el hablar de “tú” y el hablar de “usted”, cosa que lamentablemente ya se usa en México. En general, los japoneses en diferentes maneras deben mostrar respeto a otra persona al saludar, al recibir y entregar una tarjeta de presentación, al hablar, al entrar a un hogar, al recibir visitas, etc.

Mi maestro australiano Jason, que vivió cerca de 3 años en Japón y que tiene la “habilidad” de ver los puntos negativos en TODO lo que le rodea, comenta que los japoneses son los productores y consumidores de pornografía número 1 a nivel mundial, muy por encima de los gringos. Dice que él vio a un japonés en medio del tren (metro) que estaba viendo una revista para adultos sin pudor alguno, también es normal ver en cada esquina tiendas para adultos. Existen muchos moteles y los cuartos son diferentes, cada uno tiene un estilo diferente, por ejemplo, adornado estilo africano, otro con muñecos de Hello Kitty, otro de Pokemon, etc.

Una vez Chisako nos preguntó en clase si alguno de nosotros teníamos algún amigo 100% australiano, de los típicos rubios, porque ella a pesar de que vivió por un año en Australia, nunca platicó con uno de ellos, solamente con los maestros australianos de la escuela. Aunque Melbourne se le considera una ciudad multicultural, es difícil ver en las calles que gente de diferentes razas se mezclen unas con otras; asiáticos con asiáticos, latinos con latinos, indis con indis, rubios con rubios, etc. No es que el típico australiano sea racista, en verdad ellos son personas muuuy amables, pero ella tiene razón. Sin contar a mis maestros, hasta el momento yo sólo he hablado con 2 australianos, ojalá que en el futuro esto cambie.

Espero algún día volverla a ver, y ojalá sea en su ciudad, tendré que empezar ahorrar dinero para eso.

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