Después de pasear por la mañana en el Jardín Fitzroy, en la tarde visité el Museo de Inmigración. En este museo brevemente se cuenta la historia de cómo Australia a través de los años ha sido poblada por extranjeros (inicialmente por ingleses), de los problemas sociales que ha sufrido, de cómo han cambiado los diferentes requisitos para poder emigrar, etc. Aunque el museo es grande, no hay mucho que ver, existen muchos espacios vacios; no lo sé, posiblemente estén pensando en un futuro llenarlo con más historias de inmigrantes o hijos de inmigrantes. Por ser estudiante no me cobraron la entrada, es una de las grandes ventajas de ser estudiante, en museos y otros sitios turísticos te hacen descuentos o entras gratis.
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